FUNCIONES EJECUTIVAS, DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA

En los últimos tiempos, es una constante para mí el trabajo e investigación sobre las técnicas más eficaces para la mejora de las Funciones ejecutivas en distintos tipos de personas.

Las Funciones ejecutivas son el conjunto de habilidades cognitivas que facilitan mantener un plan coherente y consistente al individuo, el cual le permite el logro de metas específicas:

  • Pensamiento estructurado/ Jerarquización de ideas.
  •  Establecimiento de un plan estratégico de metas.
  •  Organización:
    • seguimiento de horarios
    • operatividad en el tiempo
    • administración de tareas
  • Control de impulsos.
  • Memoria de trabajo.
  • Automonitorización del desarrollo de la tarea.
  • Flexibilidad del pensamiento.
  • Autocontrol del comportamiento.

Poco a poco se desarrolla la capacidad de:

  • Resolver problemas complejos.
  • Se utilizan estrategias metacognitivas (reconocimiento de nuestras propias capacidades cognitivas y de los factores que las afectan).


Elementos que deben estar inmersos dentro de las Funciones ejecutivas:

1. Establecimiento de la atención, entendemos que es una habilidad de orientación hacia una tarea específica, donde es necesario inhibir aquella información que no es relevante para resolver la actividad solicitada. Hay varios tipos de atención, las que están implícitas dentro de las funciones ejecutivas tienen que ver con:

  • Atención focalizada, que consiste en centrarse de forma específica en ciertos  aspectos del ambiente o bien en las respuestas que se van a ejecutar.
  • Atención selectiva entendida como la capacidad para poner en marcha la tarea o gestión procesando una parte de la información ambiental y dar respuestas tan sólo a determinadas demandas del ambiente.
  • Atención sostenida el sujeto fija o mantiene su atención voluntariamente sobre un objeto, idea o actividad con preferencia sobre otros.

2. Construcción de la memoria: la memoria se encarga de la retención y continua actualización de la información (conservar, fijar, reconocer, evocar, localizar hechos pasados). Comprende en principio un registro o codificación de la información a través de diferentes canales sensoriales, luego el almacenamiento de esta información y, como último paso, la evocación de la información.

Aquellos tipos de memoria implicados en las funciones ejecutivas son:

• Memoria de trabajo: término implementado por Baddeley para describir la memoria temporal “en línea” que los humanos utilizan en ciertas tareas y para resolver ciertos problemas. Esta memoria tiene la habilidad de almacenar temporalmente información para ejecutar una tarea, que nos permite cumplir con las condiciones y reglas, y, una vez aprendidas, tener la respuesta esperada. Se divide en tres subcomponentes:
o Control atencional.
o Habilidad visoespacial que permite manipular las imágenes.
o Circuito fonológico articulatorio, que almacena y repasa la información basada en el lenguaje.

• Memoria procedimental: implicada en el aprendizaje de distintos tipos de habilidades que no están representadas como información explícita sobre el mundo (que no son directamente accesibles a la conciencia como montar en bici). Las mismas “se activan” de modo automático y gradual, como una secuencia de pautas de actuación, ante las demandas de una tarea. Consisten en una serie de repertorios motores (escribir) o estrategias cognitivas (hacer un cálculo) que llevamos acabo de modo inconsciente.

3. Instauración de motivaciones, emociones y afectos: el hombre inicia la exploración del mundo por motivación, la motivación es el motivo o impulso que lleva al hombre a conseguir una meta. Las motivaciones inducen los cambios en el comportamiento y están muy moduladas por las emociones y las creencias que tenga la persona.

4. Inhibición, es la capacidad para ignorar impulsos e información irrelevante cuando estamos realizando una tarea.

5. Planificación y análisis de consecuencias: es la capacidad de generar objetivos, desarrollar planes de acción para conseguirlos y elegir el más adecuado en base a la anticipación de consecuencias. Realizamos dicho aprendizaje a través de modelado y experiencias diversas, nos guía nuestro lenguaje interno.

6. Flexibilidad cognitiva, nos permite realizar cambios para adaptarnos de una manera más eficaz a los requerimientos del entorno.

Las Funciones ejecutivas influyen en nuestra conducta mediante la autorregulación, en la actividad cognitiva y en la emocional.

La región del cerebro implicada en estos procesos se localiza en el lóbulo prefrontal.

Las funciones ejecutivas son indispensables en el día a día de todas las personas, ya que permiten la toma de decisiones, la elaboración de planes, la adaptación a los cambios en el entorno, la solución de problemas, el autocontrol y la regulación. 

La etapa de mayor desarrollo de las Funciones ejecutivas ocurre entre los seis y los ocho años. Es en este período cuando los niños adquieren la capacidad de autorregular su conducta, pueden fijarse metas y anticiparse a los eventos, sin depender de las instrucciones externas. No obstante, cierto grado de impulsividad aún está presente y algunas de las Funciones ejecutivas continúan madurando hasta los 25 años de edad.

Os adjunto un esquema que muestra las dificultades en niños que tienen algún déficit en Funciones ejecutivas:

A continuación, os adjunto algunos materiales para el trabajo de Funciones ejecutivas elaborados por distintos profesionales, desde luego están compartidos por ellos y podréis encontrar muchas más actividades en sus blogs que os animo a visitar.

Para los más pequeños…

Para los mayores, un interesante programa de papel y lápiz:

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