No siempre es mentira aquello que falta a la realidad. Aunque parezca absurdo, encontramos niños que tienen una gran dificultad en distinguir la realidad de los deseos, ilusiones, pensamientos…

Su visión es tan egocéntrica todavía, que no pueden separarse del otro. Hacen las ideas o acontecimientos de los demás suyos y las muestran como tales.

¿Qué podemos hacer para ayudarles?

La opción es ir contrastando con la realidad poquito a poco para que tomen conciencia y se diferencien del otro.

Los niños necesitan desarrollar su Inteligencia emocional para ser personas con un desarrollo pleno.

Es importante que cada uno sea el protagonista de su vida para poder relacionarse adecuadamente consigo mismo, con los demás y con la realidad.

Tomar conciencia de quién eres, cómo te sientes, cuáles son tus preferencias, tus responsabilidades.

Autoconocimiento, reflexión y conexión con la realidad son la clave.