La tradición de contar o leer cuentos a los niños es imprescindible para el desarrollo del lenguaje y la lectura.
Los niños pequeños aprenden el lenguaje oral por medio de la relación con las personas a quien más quieren. Por supuesto, imitan el vocabulario, el tono y las expresiones que utilizan sus padres.

Cuando contamos un cuento, ellos tienen que crear las imágenes mentales, es una estimulación muy rica en aspectos relacionales, emocionales, del lenguaje, creatividad y, por supuesto, fomentamos el amor por la lectura, trasmitimos valores y estimulamos las capacidades que necesitan los pequeños para aprender a leer como la atención, memoria y conciencia fonológica.

A partir de nuestra expresión oral o de la lectura del texto, van organizando la parte sintáctica del lenguaje, estructuran la información y aprenden vocabulario.
Pero… lo que ocurre cuando ven un cuento en un dispositivo no se parece en nada. Les estamos dando las imágenes, no tienen que crear nada, no hay nada especial, y, a veces, ni siquiera entienden el texto. Normalmente están solos y pierden «el momento mágico» de disfrutar con sus padres de un cuento.
La actividad visual no estimula el lenguaje, ni la creatividad, y, por supuesto, tampoco estimula las capacidades necesarias para la lectura. No ayuda a relajarse, al contrario, es estimulante y dificulta la conciliación del sueño.

Por favor, lee un cuento a tus hijos todos los días.