Es importante aprender a vivir nuestra propia vida, concentrándonos en disfrutar de cada momento. No podemos ser las mejores personas, ni los mejores profesionales, ni los mejores padres o hijos… Podemos ser la mejor versión de nosotros mismos, la versión madura es integra y consecuente, movida por unos principios claros y firmes que no tienen por qué ser muchos, pero que nos ayudan a tener un comportamiento consistente.
Cuando me levanto con una actitud positiva, hago bien mi trabajo, soy amable con los que me rodean y tengo emociones sinceras con los demás, normalmente me siento satisfecho y me siento bien. El día a día me hace feliz, ese es mi objetivo.
Eso no quiere decir que nuestra vida vaya sin rumbo, está claro que puedo trazarme un camino y plantearme unos logros, pero es importante que los vaya alcanzando con calma, paso a paso, sin ansiedad ni prisas, desde luego sin hacer daño a los demás. La vida me va marcando el camino si soy receptivo y me concentro en lo esencial.
Mucho ánimo a todos en este nuevo año, traza tu camino, sé tu mismo y no pierdas la calma. ¡Sobretodo no te pierdas a ti!